El yoga es una práctica muy utilizada durante el periodo de embarazo, pero su uso como herramienta de apoyo para aquellas personas que están llevando a cabo un tratamiento de fertilidad no resulta tan conocido.
Stepanie Touloemonde, cofundadora de She Oak, explica que «el ejercicio físico mejora la circulación sanguínea, facilita la eliminación de toxinas y ayuda a nuestro cerebro a secretar endorfinas… A través de posturas específicas, el yoga permite, además, estimular nuestro sistema reproductivo». She Oak es una asociación sin ánimo de lucro que ofrece servicios de apoyo fisiológico y emocional a las personas que desean quedarse embarazadas, y lo hacen mediante terapias naturales, la nutrición y el yoga.
Pese a que es un tratamiento complementario que no se puede tomar como un sustituto de los tratamientos médicos utilizados con este fin, sirve como herramienta de ayuda «tanto a nivel físico como emocional». El doble objetivo de este método sirve para, por una parte, reducir los niveles de estrés que provoca este proceso y, por otra, para ayudar a la mujer que realiza el tratamiento a concentrarse en la totalidad de su cuerpo.
Este yoga terapéutico sirve de ayuda para favorecer el movimiento y la flexibilidad, y a través de las distintas posturas que se plantean se favorece la concentración, la conciencia, el cuidado y la flexibilidad de la zona pélvica. Las mujeres que han utilizado este método coinciden en que sirve de ayuda para la relajación y para aprender a conectarse con su cuerpo.
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